sábado, 21 de mayo de 2016

Del puerto de Navacerrada a las Guarramillas y La Barranca (21 de mayo de 2016)

Las Guarramillas es un conjunto de cuatro cumbres que se hallan situadas a levante del puerto de Navacerrada. Suponen el primer obstáculo para el montañero que afronta la Cuerda Larga. De ellas la de mayor altura es la popularmente conocida como Bola del Mundo. Según Cayetano Enríquez de Salamanca, en su libro Por la Sierra de Guadarrama, constituyen el más importante nudo orográfico de la Sierra de Guadarrama. Julio Vías va un poco más allá y en Memorias del Guadarrama define al Alto de las Guarramillas como un auténtico nudo orográfico e hidrográfico en el que confluyen los tres cordales principales de la Sierra de Guadarrama.

Una de las normas que podrían incluirse en el decálogo del buen montañero sería la de recogerse en casa y no trasnochar la víspera de una ruta pero... ¿quién es el guapo que se resistiría a una cena en animada compañía?






Al menos apliqué el viejo dicho de que una retirada a tiempo es una victoria y, tras la cena, me despedí de mis compañeros a la entrada de un garito en el que iban a pedirse unas margaritas.
No me costó en exceso levantarme a la mañana siguiente para reunirme con Súper Paco y afrontar nuestro objetivo de hoy, que era precisamente pasar por esas cuatro cumbres que forman el conjunto de las Guarramillas.
Hemos planteado para ello una ruta lineal. ¿Y cómo así, contando con un solo coche? Pues yendo con el coche hasta el pueblo de Navacerrada y cogiendo aquí sobre las 10:25 el bus de la línea 691 que había salido de Moncloa a las 9:30 y sube hasta el puerto.

Sobre las once menos diez echamos a andar desde el puerto de Navacerrada (1.860 m.) por el sendero que se dirige, en suave ascenso, se dirige al collado del Emburriadero.




Collado del Emburriadero


Desde este collado tomamos el cordal a mano izquierda y seguimos ganando altura, aunque ahora por pendiente mucho más dura, hasta desembocar en la pista de hormigón que sube directamente desde el puerto de Navacerrada.








Nos resta tan solo un último esfuerzo para alcanzar la cumbre de la primera Guarramilla (2.179 m.), en la que se levanta la terminal del telesilla, que cuenta también con un pequeño bar. Hoy no funcionan ni el telesilla, ni el bar. Sobre una roca que mira hacia el puerto de Navacerrada se levanta una estatua que representa a la Virgen con unos esquíes a la espalda.
















Desde aquí se alcanza, sin apenas esfuerzo, la segunda Guarramilla (2.227 m.), que en este caso está coronada por la Cruz del Cristo de los Montañeros, puesta ahí en 1961.






Dejando a nuestra derecha la tercera de ellas, pegamos ahora un salto de la segunda a la cuarta Guarramilla (2.249 m.), la más oriental de ellas, en la que hay un chirimbolo metálico que hace las veces de mesa de orientación. Entre esta cumbre y el cerro de Valdemartín se estrelló en los últimos días de 1980, en medio del mal tiempo, una avioneta que pilotaba un experto aviador.






Ahora sí que nos dirigimos a la tercera Guarramilla, la Bola del Mundo (2.268 m.), coronada por el repetidor de TV que es visible desde tantos puntos.




Dejando a nuestra izquierda las instalaciones de la Bola del Mundo, comenzamos a descender hacia el collado del Piornal (2.074 m.), en el que hay un pluviómetro metálico.




Desde el collado del Piornal, en cuyas proximidades pastan algunas vacas, comenzamos a descender hacia el valle de La Barranca.
Se pierde altura bruscamente por un sendero descarnado, con tierra y guijarros sueltos, que propicia los resbalones.
Tras un rato de bajada, nos adentramos en el pinar, suavizándose la pendiente, y más rápidamente de lo que esperábamos, pues no son aún las dos de la tarde, nos plantamos en la fuente de la Campanilla, sentándonos a comer en unas piedras.




Renudamos la marcha, descendemos hasta el Hotel La Barranca y tomamos el camino de tierra que sale del segundo de los aparcamientos y se dirige directo a Navacerrada, desembocando en la rotonda de la M-617 que hay el noreste del pueblo.




Embalse de La Barranca




Hoy vamos a recomendarles la cervecería Periflú, en la calle de la Audiencia, para tomar la espuela (bravas, tostas, raciones, etc.). Tiene una terraza menos masificada que otras en el centro del pueblo.




Los dos Guadarramas
En las vertientes meridionales de las Guarramillas tienen sus fuentes los dos ríos que durante la Edad Media se llamaron indistintamente Guadarrama.
Por un lado estaba el Guadarrama de Madrid, el actual Manzanares, que tiene su nacedero en el ventisquero de la Condesa.
Por otra parte estaba también el Guadarrama de Calatalifa, hoy el verdadero Guadarrama, que tiene una de sus principales fuentes en el arroyo del Regajo del Puerto.
De esta forma, los dos ríos se distinguían por el nombre de las dos ciudades árabes que se levantaban junto a sus respectivos cauces, Madrid y Calatalifa (esta última se encontraba en las proximidades de la actual Villaviciosa de Odón).

El topónimo Guarramillas
En su libro Memorias del Guadarrama Julio Vías sostiene que la loma de Guarramillas toma precisamente su nombre de estos dos ríos que tenían sus fuentes en sus laderas meridionales. Parece que la loma era conocida como Las Guadarramiellas, al menos desde el siglo XIV, nombre que evolucionaría hasta el actual de Las Guarramillas.

La avioneta desaparecida
Un día de finales de diciembre de 1980, de muy mal tiempo, el oftalmólogo burgalés José A. Alonso Bañuelos, fundador del Aeroclub de Burgos, despegó del aeródromo de Burgos, en Villafría, con destino a Cuatro Vientos. Pero nunca llegó a Madrid. Las alarmas se desataron y, temiéndose lo peor, se inició su búsqueda. Inicialmente se pensó que la avioneta, una Cessna 182, podía haberse estrellado en las proximidades de Somosierra. Pero a los 3 días, un vecino de Rascafría encontró los restos del fuselaje diseminados entre el cerro de Valdemartín y la Bola del Mundo. Unos meses antes, Alonso Bañuelos y su esposa, haciendo de copilota, se habían proclamado campeones de la Vuelta Aérea a España.

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