Hoy hemos descubierto un buen sitio para desayunar en Riaza. Es la cafetería que se llama Parador Cake & Coffee, que está en la calle Cava nº36. Tienen tostadas, bizcochos de varios tipos, cruasanes, bollería, café y tés. En fin, todo lo que le pierde al senderista de este grupo.
De Riaza fuimos a la ermita de Hontanares para hacer un ruta circular en el sentido de las agujas del reloj.
En el primer tramo ascendimos al mirador de Piedras Llanas para luego bajar suavemente por el robledal hasta el pueblo de Martín Muñoz de Ayllón, cuyo nombre recuerda a uno de los lugartenientes del Cid Campeador.
Desde la iglesia de San Martín de Tours, que está a las afueras del pueblo, bajamos hasta cruzar el cauce seco del río Vadillo y a partir de ahí emprendimos la subida sin tregua por un cortafuegos. Este tramo, que hizo las delicias de los masoquistas, fue sin duda el más duro de la jornada. A alguno se le hizo corto y a otros, los más, se les antojó interminable.
En la pradera de Zopégado nos quedamos sentamos algunos a comer, pero hubo otros que decidieron seguir e incluso tres llegaron a coronar el pico de la Buitrera (2.046 m), tal como estaba planeado inicialmente.
El tercer y último tramo fue sin duda el que nos deparó los mejores momentos del día y las mejores vistas. Siguiendo el cordal pasamos por el cerro de Zopégado (1.942 m), el Cerro Gordo (1.905 m) y el Cerro Merino (1.800 m).
Después de algunos destrepes, en los que suele acabarse recurriendo a la técnica de arrastrar el culo, que nunca falla, alcanzamos el collado de la Fuente (1.627) y de ahí hicimos los dos últimos kilómetros hasta la Ermita de la Virgen de Hontanares, bajando por el robledal.
En total fueron 13 kilómetros y 850 metros de desnivel, en un recorrido un tanto rompepiernas, lo que lo alemanes llaman un suben-estrujen-bajen. Ah, no, que eso era otra cosa. Como el bar de la ermita de Hontanares estaba aún abierto, cayó allí la primera. Y luego. en Riaza (La Porticada), caería la segunda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario