La Cueva del Maquis se encuentra en la ladera meridional de la Cuerda o Sierra de los Porrones, en un paraje de complicado acceso. Llegar hasta ella desde Mataelpino no es empresa sencilla. Hay que trepar ladera arriba por una empinada senda que es fácil perder. En la subida se pasa bajo el Alcornoque Singular, un árbol de ocho brazos pegado a un paredón rocoso.
Un poco más arriba llegamos a nuestro objetivo, la Cueva del Maquis, una cavidad que está formada por enormes bloques de granito, utilizada tras la guerra civil como escondrijo por una partida de maquis. Al frente de la cuadrilla estaba el anarquista Adolfo Lucas Reguilón García, conocido en los ambientes guerrilleros con el alias de Severo Eubel de la Paz.
Visitada la cueva, nuestra intención era continuar ascendiendo por la ladera hasta alcanzar la Cuerda de los Porrones a la altura del collado de las Loberas, pero tras algunos intentos, lo dimos por imposible. Desalentados, decidimos bajar por donde habíamos subido y acercamos hasta la ermita de San Isidro para tomar posesión de una mesa y comer allí, como Dios manda.
Volviendo a Mataelpino, pasamos junto a la finca Los Castaños, la del perrito en el tejado. Pero este no toca el violín. Solo menea la cola.
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