Llegamos a El Atazar, pueblo de casas pizarrosas a casi mil metros de altura, desde el que se domina el embalse del mismo nombre. Juan resulta ser un buen conocedor del pueblo, pues hace años se vino a él una temporada para preparar unas oposiciones, y además exitosamente.
Aparcamos el coche junto a la iglesia y nos metemos rápidamente en el bar, donde coincidimos con los cazadores, que van a hacer una batida por las inmediaciones del pueblo. Rápidamente nos informamos de por dónde van a ir los tiros y resulta que los cazadores van a barrer la zona del pico Cabeza Antón, que era precisamente el objetivo que habíamos elegido para el día. Decidimos entonces subir al pico Somosierra (1.438 m.), al asegurarnos que esta otra zona quedará fuera del alcance de los disparos.
Este creo que era el arroyo de la Pasada y si no, créanselo
La subida la hacemos dando un rodeo. Tomaremos el GR-88 para abandonarlo al llegar al arroyo del Robledillo, remotando este último hasta el Collado Santo y progresando desde aquí para coronar el pico Somosierra. Buenas las vistas del embalse de El Atazar y de la sierra de la Cabrera.
Ahora divisamos el muro de la presa de El Atazar
Vistas del embalse de El Atazar y de la sierra de la Cabrera desde la cumbre
En la cumbre sopla un viento un tanto desapacible, por lo que buscamos ponernos a resguardo para comer con más confort. Retrocediendo apenas unos metros por la planicie cimera nos sentamos al abrigo de unas rocas y unas jaras. Aquí el viento ya no molesta.
Selfie con el bastón-trípode de José Antonio
La bajada, más directa, la haremos descolgándonos por un pedregoso canchal en el que hay que ir sorteando las jaras. En algún punto no nos queda más remedio que retroceder hasta encontrar otra alternativa más despejada. Finalmente volvemos a salir al GR-88, que viene de Puebla de la Sierra y que tomamos en dirección suroeste para retornar al pueblo.
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