Cabanillas de la Sierra (920 m.) es, gracias a sus suelos fértiles y pastos de calidad, uno de los municipios madrileños con un mayor número de cabezas de ganado de lidia, tras Colmenar Viejo y San Lorenzo del Escorial. Nunca habíamos hecho una ruta desde esta localidad, situada en el piedemonte del Guadarrama, al menos que yo recuerde. En nuestro recorrido, hemos unido dos senderos locales, que transitan por caminos y vías pecuarias, con algún breve tramo de carretera, y que son las Ruta del Toro (8,5 kms.) y la Ruta de las Dehesas (6 kms.). Pese a las previsiones de chubasquero y paraguas, no nos cayó ni una gota de lluvia e incluso pudimos disfrutar de algunos ratos de sol.
Tras pasar por la cafetería-pastelería El Caminero, nos encaminamos hacia el Toro de Osborne que se encuentra al lado de la A-1 y fue instalado hace algunos años para conmemorar que el primer soporte publicitario de este tipo que hubo en toda España estuvo situado aquí, en Cabanillas de la Sierra, un honor que los vecinos del pueblo recuerdan sin duda con orgullo. El monumental bicho tiene 14 metros de altura y unos cuatro mil kilos de peso. Menos mal que es metafísicamente imposible que pueda embestir y cornear al sufrido senderista que pasa junto a él.
Al final caminamos unos 13 kilómetros, con aproximadamente 300 metros de desnivel, en una ruta realizada en sentido antihorario. Respecto a la vegetación, predominaron las encinas, los enebros, los fresnos y, por supuesto, los prados herbáceos y el matorral, con algún que otro quejigo. En los cauces fluviales, como el arroyo de Albalá, alisos y sauces. Durante el recorrido vimos caballos y ganado bravo, pero dentro de fincas delimitadas por cercados de piedra y alambradas. Son destacables las vistas que en algunos momentos se tiene de las montañas circundantes (sierra de la Cabrera, Mondalindo, Cabeza Arcón, cerro El Pendón o cerro de San Pedro), a pesar de las nubes bajas que había en las primeras horas de caminata y que irían disipándose.
Nos sentamos en la terraza del Mesón Blanquita a por las cervezas y las bravas habituales. El sol lucía escandalosamente, picaba incluso. Eché de menos mi sombrero cordobés, el de las botellas de Tío Pepe.
El Toro de Osborne
Su figura fue concebida en 1956 por el artista Manolo Prieto, por encargo de la conocida marca de brandy de Jerez. Un año después se colocó el primero de estos carteles publicitarios en Cabanillas de la Sierra.
Los primeros medían 4 metros de altura, estaban fabricados en madera y tenían los cuernos pintados de blanco.
En 1961 comenzaron a construirse en metal por su mayor durabilidad, pasando a ser su altura de 7 metros.
En 1962, debido a un cambio en la normativa de los carteles publicitarios en carretera, su altura se estableció en 14 metros.
En 1994, el Reglamento General de Carreteras obligó a retirar la publicidad visible desde cualquier carretera, pero numerosos municipios y asociaciones se opusieron a que estos toros desaparecieran por su valor simbólico. Finalmente, el Tribunal Supremo dictó sentencia en 1997 a favor de su mantenimiento, debido a su elevado interés estético o cultural. El Toro de Osborne fua así indultado.
Información
Mapa de los senderos locales de Cabanillas
Dónde tomar algo
Cafetería-pastelería El Caminero. Calle del Cerrillo, 51. Abre sábados y domingos a partir de las nueve. Pan y bollería. Terraza.
Bar Mesón Blanquita. Calle Real, 76.
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