La ruta de hoy comenzaba al pie de la presa del Pontón de la Oliva, pero de camino algunos pararon en la churrería de Torrelaguna. Al llegar al Pontón de la Oliva, más de uno se encontró con problemas para aparcar. Unos dejaron el coche en el aparcamiento de abajo y otros en el de arriba, con lo que hubo un cierto caos hasta que los diferentes grupos y células se juntaron.
El recorrido consistió en remonta el río Lozoya hasta la presa de la Parra, un lugar bucólico que se presta al descanso. A partir de ahí, se toma el Camino de los Cipreses y se desemboca en el Camino del Ceño, retornando por este último al punto de partida. En este último tramo se sigue el trazado del GR-10 y se atraviesa un camino de servicio del Canal de Isabel II.
Fueron en total unos 17 kilómetros, con 400 metros de desnivel, discurriendo la ruta entre los 700 y los 950 metros de altitud. Conociendo al personal, apuesto a que hubo cañas al final.
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