sábado, 10 de noviembre de 2018

Por los acantilados de Rivas (9 de noviembre de 2018)

Hoy viernes, día de la Almudena, era festivo en Madrid y me acerqué en metro hasta Rivas para hacer una ruta lineal entre las estaciones de Rivas Urbanizaciones y Rivas Vaciamadrid. En su mayor parte, se sigue el trazado del Camino del Monte, que arranca al pie del cerro del Telégrafo y discurre al borde de los cantiles yesíferos del río Jarama, en una zona que marca la transición entre el páramo y la fértil vega.






Para llegar al inicio del Camino del Monte desde la estación de Rivas Urbanizaciones, hay que andar unos cuatro kilómetros por terreno urbano, siguiendo sucesivamente la calle Pamplona, el paseo de las Provincias, la avenida de los Almendros y la calle Enebro. En este tramo se atraviesa el Olivar Alto de la Partija, una antigua explotación olivarera, que se ha integrado en el casco urbano a modo de parque.


Estación de Rivas Urbanizaciones


Humor manchego


Olivar Alto de la Partija


Colegio público Rafael Alberti


Centro Comercial Covibar 2




Desde la calle Enebro arranca el corto camino que lleva al Centro de Recursos Ambientales Chico Mendes y luego asciende al cerro del Telégrafo. El centro lleva el nombre de un líder de los extractores de caucho brasileños, los seringueiros, que murió asesinado por su actividad en defensa del medio ambiente de la Amazonia.


CRA Chico Mendes








Sala dedicada a los gurriatos


El cerro del Telégrafo (699 m.) es, en realidad una meseta aplanada. Su nombre se debe a que en su cima llegó a construirse, en el siglo XIX, una torre del telégrafo óptico. Buenas vistas en todas las direcciones, en especial del mar de chalés adosados.


En el cerro del Telégrafo






Un mar de chalés adosados




La calle Enebro desemboca en el Camino del Monte, una ancha pista de tierra y gravilla que discurre al borde de los acantilados del Jarama y se adentra en el espacio protegido del Parque Regional del Sureste, una figura de protección creada en 1994. Se trata de un área de unas 31.500 hectáreas de superficie, distribuidas entre 16 municipios.

En su primera parte, la pista transita por el pinar, saliendo a terreno despejado más adelante. Pero lo interesante es abandonar la pista y tomar alguno de los senderos que se aproximan al borde del río. Es lo que hice y ello me permitió contemplar de cerca las lagunas de Velilla. Son estas unas lagunas artificiales, que se originaron a consecuencia de la extracción de áridos, al excavar las máquinas por debajo del nivel freático. Más allá del río y las lagunas, se extiende el área urbanizada de Velilla de San Antonio y de Mejorada del Campo, dos localidades prácticamente unidas.


Lagunas de Velilla








Estuve caminando un buen rato por el filo de los cantiles de yeso, con las aguas del Jarama bajo mis pies, siguiendo algunas sendas bastante perdidas. Hubo incluso tramos algo aéreos. Quién lo diría. Pude ver los patos chapoteando en el río y disfruté de rincones extremadamente solitarios en este tramo fluvial, que tiene un aire algo salvaje. Quizá suene insólito, pero pasé unas dos horas sin ver a nadie.


El río Jarama




Lagunas de Velilla




Volví a salir a la pista principal. Poco a poco se va dejando atrás el pinar. Por terreno ya pelado se me cruzan un par de conejos a toda mecha. Algunos kilómetros más adelante, se alcanza el cerro del Campillo (671 m.), una cota que apenas destaca sobre la meseta circundante, pero que está marcada con vértice geodésico y que ofrece buenas vistas sobre la vega, al situarse al borde del acantilado.


Lagunas de Velilla


En el cerro del Campillo




Un par de kilómetros después la pista gira noventa grados y pronto comienza a divisarse la extensa lámina de agua de la laguna del Campillo, surgida a partir de la actividad extractiva de una gravera, como las lagunas de Velilla.


Puente del ferrocarril sobre el Jarama


Laguna del Campillo






Laguna del Campillo






Laguna del Campillo


Laguna del Campillo


La pista desciende por fin y termina en una carretera asfaltada. A un kilómetro, más o menos, se encuentra la estación de metro de Rivas Vaciamadrid. En total, la ruta tiene una longitud de 18,5 kms. y fue balizada con postes hace unos años. El Consorcio Regional de Transportes la recogió en un folleto, con el nombre de Ruta de los Acantilados de Rivas. Pero hoy día, la señalización ha desaparecido casi totalmente.






Estación de metro de Rivas Vaciamadrid

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