A los vascos les gusta madrugar para subir al monte. Se trata de empezar a andar temprano, caminar a buen ritmo y terminar a mediodía para estar de vuelta en casa a la hora de comer y, si es domingo, seguir el partido de pelota en la Euskal Telebista. Y salir de casa siempre con el paraguas bajo el brazo, por si se pone a llover, que nunca se sabe.
Nuestros compañeros copiaron hoy el modelo vasco, salvo en lo del madrugón, para hacer una ruta por el Monte de El Pardo, un extraordinario ejemplo de bosque mediterráneo, que se extiende en torno al curso medio del río Manzanares y que en otros tiempos fue cazadero real. Los paraguas, por supuesto, tampoco podían faltar, pues el Hombre de la Lluvia había pronosticado precipitaciones moderadas.
El punto de inicio de esta ruta fue el aparcamiento del restaurante El Faro, junto a la carretera M-612 de Fuencarral a El Pardo, nada más pasar el arroyo de la Nava. El recorrido pasaba por la Portillera del Tambor y el mirador del Desaguadero, coincidiendo en un corto tramo con la Senda Real (GR-124).
En total, fueron 7 kilómetros, realizados en poco más de dos horas, con un consumo por persona de unas 700 kilocalorías, según la app Runtastic. A destacar que no llegó a llover y que el Hombre de la Lluvia volvió a patinar estrepitosamente.
A nuestros tres senderistas, como buenos vascos, les dio tiempo a estar de vuelta en casa a la hora de comer. Después de esos cientos de kilocalorías consumidas, prefirieron volverse a casa a meterse a comer en el restaurante El Faro, especializado en carnes de caza. Lo que no sabemos es si llegaron a casa a mesa puesta, ni si les esperaba un buen plato de alubias de Tolosa. Hoy no tocaba partido de pelota en la tele, pero sí la habitual peli alemana de sobremesa en la 1, Familie auf Bewährung, que seguro que Cristina no perdonó.
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