viernes, 16 de noviembre de 2018

Una circular desde Rascafría, pasando por el Carro del Diablo (11 de noviembre de 2018)

Varios compañeros realizaron en el día de hoy, en el que asoma ya la nieve en los altos, una ruta por el valle del Lozoya, con inicio en Rascafría y el siguiente recorrido:
Rascafría - Bosque de Finlandia - Puente del Perdón - Mirador de los Robledos y Monumento al Guarda Forestal - Carro del Diablo - Robledal de los Horcajuelos - Rascafría

El primer tramo de la ruta atraviesa el conocido como Bosque de Finlandia, una mancha forestal en la que crecen abetos, abedules y otras especies arbóreas propias de latitudes más septentrionales.











Una vez dejado atrás el puente del Perdón, viene el pinar, por el que nuestros compañeros ascienden hasta el Mirador de los Robledos, en el que hay una mesa de orientación y un monumento a la guardería forestal. Allí, en el cobertizo del retén de bomberos, que está techado pero abierto por uno de sus lados, se sentarían a comer.






















De nuevo en movimiento, toca ahora acercarse por el pinar hasta el Carro del Diablo, un roquedo de curiosas formas, que se encuentra a una altura de unos 1.500 metros.


























Desde aquí se baja a Rascafría de modo bastante directo, atravesando el Robledal de los Horcajuelos.
En principio, la longitud de la ruta iba a estar entre 15-16 kilómetros, aunque al final salieron 19,5, seguramente con algo más de 600 metros de desnivel. En algún momento de la ruta llovió ligeramente, pero en cualquier caso el tiempo fue bastante mejor de los esperado. Podemos decir que el Hombre de la Lluvia volvió a equivocarse. Últimamente no da pie con bolo.








Una gran ruta, desestresante, en la que nuestros compañeros se han dado un buen baño de bosque, una terapia que los japoneses llaman shinrin-yoku y que tiene múltiples beneficios para nuestro organismo. Ayuda a reducir la ansiedad, a relajar los músculos y a reforzar el sistema inmunitario. Dicen que los que la practica al menos una vez por semana tienen niveles más altos de células NK (natural killers), que combaten el cáncer.
Viendo sus fotos, estamos seguros de que han debido disfrutar bastante con los tonos dorados de los robles, la hojarasca que alfombraba los caminos y esos paisajes otoñales tan hermosos. Y tenemos también la certeza de que, al final de la ruta, la cerveza debió correr por Birrafría del Lozoya.

Enlaces
El Carro del Diablo (por Alfredo Merino)

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