El senderista que protagoniza esta ruta, y que no aparece en ninguna foto, quiso continuar recorriendo la Gran Senda del Guadalhorce (GR-248), como en la víspera, desplazándose en tren de cercanías desde Málaga hasta Pizarra. Pero en esta ocasión, el día resultó un completo desastre, aunque consiguiera completar los 18 kilómetros entre Pizarra y Estación de Cártama. El sendero, balizado hace un tiempo, no ha sido respetado. Se han vallado indiscriminadamente algunos terrenos por los que discurre, ocupados mayoritariamente por explotaciones agrícolas en que se cultivan los naranjos y otros citricos. El resultado es que uno va caminando, deja a un lado una señal del sendero y se encuentra la siguiente al otro lado de la valla. Y así varias veces. En ocasiones, el vallado llega hasta el mismo borde del río Guadalhorce, impidiendo caminar junto a la orilla. Las autoridades competentes parecen haber mirado hacia otro lado ante este atropello, haciendo dejación de sus funciones. Un suspenso para todos. Visto lo visto, el senderista, muy decepcionado. abandonó el proyecto de seguir recorriendo este sendero hasta su desembocadura en el Mediterráneo.
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